Fecha: 1 de Mayo
Organizada por la Concejalía de Juventud y Festejos
El Mayo es una tradición cuyo origen se pierde en el tiempo y que posee una carga de simbolismos autóctonos que le confieren un significado diferente según la zona donde se celebre.
Para algunos, es una tradición que se asocia a la fertilidad, a la llegada de la Primavera y la recogida de la cosecha. También se achaca su significado simbólico así como la denominación del mes de mayo, como proveniente del mundo mitológico griego, concretamente de la ninfa Maya, representante de la fertilidad.
En la tradición cristiana, la figura de Maria, a la que se dedica este mes, se impregna de estas costumbres paganas, en la que la mujer pasa a ser protagonista, y surgen una serie de elementos esenciales que forman parte de la simbología de los diferentes festejos, como la Cruz, la flor o el árbol.
En ciertos lugares, se situaban alrededor de este árbol (o palo que representa al árbol), símbolo del bien, de la vida y la naturaleza, monigotes o peleles que simbolizaban el invierno y el mal, y que eran quemados para dejar paso al buen tiempo. El cristianismo adaptó estas tradiciones personificando, en estos muñecos de trapo, al demonio o a Judas.
Con el paso del tiempo, estos muñecos pasan de tener un papel secundario a representar el papel principal de la fiesta, recreando escenas agrícolas, cotidianas o de oficios singulares de la población. Ejemplo de estas tradiciones se encuentran en Alhama de Murcia, Santa Cruz de Jamuz, en Leon, Santa Cruz de la Palma, en Tenerife o en la localidad cercana de Villar del Rey.
Para los estudiosos locales, la fiesta de los mayos en Valencia de Alcántara se impregna por una parte de estas tradiciones mediterráneas, aunque también la emparentan con una de las múltiples manifestaciones populares que se realizaron en la guerra de la independencia, como rechazo a la invasión napoleónica. Lo cierto es que en la actualidad, estos mayos sirven como medio de expresión del pueblo, que a través de ellos, y con un sentido satírico y aderezado de buen humor, crítica aspectos sociales y políticos locales, regionales o nacionales.
La tradición indica que los mayos de Valencia de Alcántara tienen que tener como base una estructura de escobas y retamas que constituyen el esqueleto, que se completa rellenándolo de harapos, espumas y telas viejas. Las vestimentas de los muñecos serán ropas en desuso y en la cabeza se pondrá estropajo para el pelo y una tela para pintarle ojos, boca y orejas con rotuladores de colores (antaño se hacia con tizones apagados). Las manos se formarán con guantes de lana o de goma rellenos de espuma y atados a los brazos que junto con las piernas deberán ser maleables para obtener la posición deseada del muñeco. A cada mayo se le atribuye un comentario escrito a mano sobre una tabla o cartón (aunque hoy en día prevalecen los carteles realizados en ordenador que después son pegados sobre cartulina).
Aunque esta tradición estaba muy arraigada en la población y reflejada en la tradición oral, ya que todavía se usa la frase “Va hecho un Mayo” para indicar el aspecto descuidado o extravagante de alguien; fue perdiendo fuelle en la guerra civil y en la dictadura por razones obvias. El resurgir de la fiesta se debió a la inquietud en los años 80 de particulares, asociaciones culturales locales y centros educativos en recuperar las costumbres populares de la Villa. El Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, con el fin de incentivar las fiestas convoca un concurso con tres premios para los mayos realizados por adultos y otros tres para los mayos infantiles.
Mención especial por su empeño en conservar esta costumbre merece Doña Visitación Castaño, una mujer que a lo largo de su vida no dudo en instalar año tras año un mayo adornado con enseres tradicionales en la fachada de su casa, además de participar en otras manifestaciones culturales y festivas. Es tal el recuerdo por esta autentica institución del acerbo cultural de la Villa, que hoy en día, cuando se recorren las calles del barrio gótico visitando los mayos instalados, al pasar por la calle Juan Durán, siempre hay algún nostálgico que comenta: “mayos bien hechos los de la Sra. Visita”.