Da un paso atrás y aprecia la inclinación de este monumento. Observa cómo se diferencia perfectamente su parte inferior y su parte superior restaurada.
Camina por debajo de sus arcos y quédate maravillado con su altura, observa el paisaje de alrededor y disfruta de una vista sin igual. Sigue su recorrido hasta la localidad para continuar descubriendo su historia y conocer más sobre la forma de vida de la antigua villa durante siglos hasta la actualidad.
¡Una singular obra que recordarás y que merece la pena que inmortalices con tu cámara!
La base del acueducto está formada por varios arcos. En su momento, estos llegaron a ser 17 y otros 20 más pequeños en la parte superior para “aligerar la obra”, siendo esta la parte alzada de una construcción de agua que venía desde San Pedro de los Majarretes hasta la llamada “Charca”. Está formada por sillares graníticos y la parte superior fue reconstruida en el siglo XVIII y, a finales del XIX, se completó totalmente su restauración. Mide unos 170 metros de longitud y 20 de altura.
Aunque tradicionalmente se le conoce como Acueducto Romano, según investigaciones recientes, el origen del monumento podría datarse en el siglo XVI, impulsado por la Comunidad de Franciscanos que se encontraba instalada en la localidad en aquel momento.